29 Ago El puerto pesquero de Ondarroa: corazón de la tradición marinera vasca
Nos encontramos en la costa del País Vasco, donde las olas del mar Cantábrico acarician la tierra, en un rincón lleno de historia, tradición y vida marina: el puerto pesquero de Ondarroa. Nuestro pequeño pero vibrante municipio, situado en la provincia de Bizkaia, ha sido durante siglos un punto neurálgico de la actividad pesquera en la región.
Un Poco de Historia
El puerto de Ondarroa tiene raíces profundas que se remontan al siglo XIII, cuando los primeros pescadores empezaron a asentarse en la zona, aprovechando la abundancia de pesca que ofrecía el mar Cantábrico. Con el tiempo, el puerto fue creciendo y desarrollándose, convirtiéndose en uno de los centros pesqueros más importantes del País Vasco.
Durante siglos, la vida en Ondarroa ha girado en torno al mar. La pesca ha moldeado no solo la economía local, sino también la cultura y la identidad del municipio.
En la actualidad, el puerto de Ondarroa sigue siendo un lugar de gran actividad. Está dividido en varias áreas que incluyen instalaciones para la pesca, zonas de descarga y una moderna lonja donde se subasta el pescado capturado por la flota ondarresa. La lonja de Ondarroa es uno de los mercados más activos de la región, donde cada día se comercializan toneladas de pescado fresco que luego se distribuyen por toda España. La sostenibilidad y la modernización son ahora parte del día a día, con prácticas pesqueras responsables que buscan preservar los recursos marinos para las generaciones futuras.
Un Puerto con Sabor a Mar
Los restaurantes que bordean el puerto ofrecen una gastronomía basada en productos del mar, con platos que son un homenaje a la tradición pesquera. Aquí, los sabores del Cantábrico se sirven en cada mesa. Te mostramos, por ejemplo, la «Merluza a la ondarresa» que ofrece el restaurante Sutargui.
Si tienes la oportunidad de visitar Ondarroa, no te pierdas la experiencia de pasear por su puerto, degustar su deliciosa gastronomía y, sobre todo, dejarte llevar por la atmósfera única que solo un puerto con tanta historia puede ofrecer.